Muchas personas deciden invertir en la compra de una vivienda de segunda mano. En la mayor parte de los casos debido a la ubicación, a un precio más asequible o a la posibilidad de personalizar el inmueble por medio de una reforma. Muchos incluso para poder alquilarla y convertir esta vivienda en una fuente de ingresos. Además no hay que olvidar que la construcción de obra nueva se ha visto completamente paralizada hasta hace poco tiempo.
Sin embargo, comprar una vivienda usada puede llegar a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Hay ciertos aspectos que hay que tener en cuenta para que este tipo de inversiones no se conviertan en un infierno. Desde Inmobiliaria punto Barcelona vamos a explicártelas.
Aspectos a considerar en la compra de una vivienda de segunda mano
Revisar el estado de la vivienda y las cláusulas del contrato
Dentro de los contratos de compraventa de viviendas es bastante habitual encontrar entre sus cláusulas las palabras “como cuerpo cierto”. Esto implica que el comprador corrobora estar de acuerdo con lo que compra por lo que ha podido ver. ¿Esto qué significa? Pues que si hay algún problema oculto o errores en el registro (por ejemplo debido a una reforma que ha cambiado sustancialmente la forma de la vivienda y no ha sido notificado), el comprador corre con todos los gastos.
Independientemente de si se acepta o no esta especificación dentro del contrato es interesante acompañarse de un arquitecto. De este modo podrás averiguar el estado real en el que se encuentra la vivienda y comprobar todo lo necesario antes de la firma.
Revisar el estado del edificio
Esto es muy importante si se va a adquirir una vivienda de segunda mano. Conocer el estado general del edificio es indispensable para evitarse sustos. De nuevo la figura del arquitecto nos puede ahorrar muchos euros. Nos ayudará a conocer el estado general del edificio. Sobre todo aquellos elementos que a simple vista puede que pasen desapercibidos. Por ejemplo vicios en la cimentación, problemas en la cubierta, etcétera.
La ITE
Una forma sencilla de averiguar el estado en el que se encuentra un edificio antiguo es echar un vistazo a la ITE o Inspección Técnica de Edificios. Esta inspección es obligatoria a partir de los 20 años en la mayoría de las comunidades autónomas. Si el edifico ha pasado dicha inspección se redacta un documento por el cual un arquitecto corrobora que el edificio cumple con las condiciones mínimas de habitabilidad. Sin embargo, en caso de que no lo haya pasado implicará que hay que afrontar ciertos problemas para que el edificio cumpla con las condiciones de habitabilidad. Es decir, que el comprador tendrá que asumir dichos gastos en un periodo no muy largo de tiempo.
Ojo con los edificios de la posguerra
España dispone de gran cantidad de pisos edificados durante la posguerra. Sin embargo en esta época la calidad de los materiales utilizados era más bien baja debido a la escasez. Esto se reflejó principalmente en las viviendas protegidas, donde muchas de ellas se construyeron con una cimentación más bien floja que puede dar lugar a la aparición de humedades.
La aluminosis es uno de los problemas más habituales que se derivan de este tipo de construcciones de peor calidad. Un ejemplo es el de aquella vecina de Barcelona que falleció en el año 1990 cuando su casa se derrumbó de repente.
Estas viviendas suelen requerir un agresivo refuerzo estructural para evitar estas situaciones. Si no se ha llevado a cabo esta reforma tarde o temprano tendrá que emprenderse, no lo olvides.